martes, 24 de mayo de 2011

LA REVOLUCIÓN SERÁ FEMINISTA O NO SERÁ - PUERTA DEL SOL


Como ya sabrán, desde el 15 de mayo, cientos de jóvenes han permanecido acampados en la céntrica Puerta del Sol de Madrid. A pesar de que algunos medios, tanto locales como extranjeros, intentaron difundir la información errónea de que se trataba de un grupúsculo de okupas y antisistemas que buscaban la dimisión de Zapatero, la realidad ha sido otra. Chicos y chicas se unieron para protestar y reivindicar la dignidad y la conciencia política social. Desde el comienzo dejaron claro que lo que los impulsó a realizar esta protesta pacífica es su sueño de lograr una sociedad nueva que dé prioridad a la vida por encima de los intereses económicos.

Sus mensajes y aspiraciones se pueden leer en los cientos de pancartas y eslóganes que poco a poco han ido llenando todos los sitios disponibles alrededor de la zona.
Con el paso de los días se fueron uniendo más colectivos y organizando diversos grupos de trabajo. Hoy quiero compartir el manifiesto feminista que ha sido elaborado durante la acampada. Al final pueden ver un vídeo que grabé el viernes 20 de mayo, día en que se suponía que tenían que desalojar la plaza. Como verán por las imágenes, fuimos miles de personas las que nos concentramos allí a pesar de las prohibiciones. Por fortuna el gobierno actuó de manera adecuada y no desalojó la plaza por la fuerza. La policía se abstuvo de cargar contra la marea humana que invadimos Sol porque estos y estas jóvenes lograron no sólo movilizar a gente de su edad, también lograron el apoyo de personas de todas las edades que acudimos en masa a acompañarlos en sus reivindicaciones. Una semana después, las acampadas continúan y se han extendido a numerosas ciudades españolas así como a otros puntos del planeta. Porque como bien dice una de sus pancartas: “Si no nos dejan soñar, no os dejaremos dormir.”

Manifiesto Feminista para la Asamblea Ciudadana de la Puerta del Sol

LA REVOLUCIÓN SERÁ FEMINISTA O NO SERÁ

Estamos en la plaza porque:

Queremos una sociedad en la que el centro seamos las personas y no los mercados. Por eso reivindicamos: servicios públicos gratuitos y vitales como la educación y la salud frente a los recortes sociales y la reforma laboral.

Exigimos el uso de un lenguaje no sexista que nombre a todas las personas y esté libre de homofobia, machismo y  racismo.

Queremos el compromiso de hombres y mujeres para la construcción de una sociedad donde no tenga cabida la violencia machista.

Las personas somos dueñas de nuestro propio cuerpo, por eso somos libres para decidir sobre él, disfrutar y relacionarnos con él y con quien nos dé la gana.

Queremos una sociedad diversa donde se respeten las múltiples formas de vivir el sexo y la sexualidad (lesbianas, gays, intersexuales, bisexuales, transexuales, transgéneros, queers...).

Reivindicamos el aborto libre y gratuito.

Es imprescindible incorporar el enfoque feminista en las políticas económicas, en los servicios públicos, en la creación de otro modelo de ciudad y en las políticas ambientales para salir de la crisis.

Exigimos que las Trabajadoras Domésticas o Empleadas del Hogar estemos incluidas en el régimen general de la seguridad social.

Exigimos que la transexualidad no se trate como una enfermedad.

Exigimos papeles para todas y que las mujeres migrantes disfruten de todos los derechos.

LA REVOLUCIÓN SERÁ FEMINISTA, ECOLOGISTA, REPUBLICANA, LAICA Y NO DEL CAPITAL

domingo, 15 de mayo de 2011

MIEDO A VIVIR: MUJERES GOLPEADAS - MARISA HIJAR

Postal del Ayuntamiento de Sevilla - Delegación de la Mujer

A día de hoy llevamos 27 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas en España. ¿Cuántas más deberán morir en manos de sus verdugos hasta que la sociedad se conciencie de este grave problema que nos incumbe a todos y todas? Hoy he elegido colgar un artículo, que escribió una compañera a la que no llegué a conocer – Marisa Hijar, publicado en esa revista pionera llamada Vindicación Feminista allá por el año 1978. Es conmovedor leer los testimonios en primera persona de algunas víctimas del maltrato y si lo he colgado es porque desde esta modesta tribuna me gustaría animar a tantas mujeres, sean del país que sean, que tal vez lean este blog y se identifiquen con lo que estas mujeres expresan, a denunciar. En muchas ciudades del mundo existen grupos feministas que podrán ofrecer apoyo y decirles adónde pueden ir para conseguir ayuda. No tienen que seguir aguantado palizas ni humillaciones, ustedes valen mucho más que esos hombres que se refugian en su prepotencia física. No están solas y el primer paso es que se lo digan a alguien, no encubran a sus maridos. La primera bofetada, el primer insulto, jamás será el único, le seguirán más. No se crean la lágrimas de cocodrilo ni las flores tras la agresión. Háganlo por sus hijos e hijas, ellos y ellas también merecen vivir una vida sin miedo.

Marisa Hijar durante las primeras Jornadas Feministas sobre Sexualidad y Reproducción, organizadas por el Partido Feminista de España en el Colegio de Médicos de Barcelona, 1981.

Miedo a vivir: Mujeres golpeadas

Marisa Hijar


En el noventa por ciento de los casos de separación pedidos por mujeres aparecen los malos tratos ejercidos por el marido contra la esposa. Un número elevado de mujeres que no piden la separación son maltratadas físicamente por sus maridos.

¿Qué conduce a hombres normales, pertenecientes a diferentes estamentos sociales, a pegar a sus mujeres en la vida cotidiana? ¿Por qué mujeres de diferentes estamentos sociales que son apaleadas por sus maridos siguen viviendo con ellos sin presentar demanda de separación? ¿Por qué le pega su marido? ¿Por qué se aguanta usted?

La relación de fuerzas entre hombre y mujer beneficia generalmente al hombre. Cuando los nervios y la ira se apoderan del ser humano, éste tiene ganas de “partirle la cara” a la persona que, directa o indirectamente le ocasiona tales nervios y la ira. A aquella persona que le está “sacando de quicio”. Los niños actúan así muchas veces. Los adultos actuamos así algunas, pero casi siempre dejamos nuestras manos quietas y retenemos como mejor sabemos, o podemos, nuestra ira. El ser humano no anda, de ordinario, por ahí peleándose a bofetadas con su prójimo porque una mínima formación nos hace comprender que ese no es el sistema adecuado de comportarse ni de solucionar nada. Una mínima formación y el saber que si andamos a puñetazo limpio con nuestros congéneres también nos harán a nosotros, cualquier día, una cara nueva. Pero, ¿cuándo la relación de fuerzas está descompensada? ¿Cómo actuaríamos si supiéramos que siempre resultaríamos los vencedores? Entre las razones por las que pegamos a un niño que se ha portado mal, ¿no cuenta la seguridad de que el niño nunca va a devolvernos la bofetada, la agresión física?

El único motivo por el que tantos maridos agreden a sus tantas mujeres es la convicción de que, debido a una relación de fuerzas evidentemente desigual en beneficio del hombre, el esposo jamás recibirá, como respuesta, igual agresión física por parte de su mujer.

Rosario C. 37 años. Catorce de matrimonio. Catorce años de bofetadas, de palizas, de empujones, de golpes.

Nunca hay una causa concreta y cualquier motivo le vale. En general, sí existe una tónica: su mal humor. Mal humor porque perdió por ejemplo, unos papeles importantes. Yo debo encontrar los papeles y cuando la búsqueda se prolonga sin éxito empiezan los gritos, luego los insultos, luego las bofetadas. Deberías verlo fuera de sí. Es un espectáculo monstruoso. Un día saltó, por encima de la cama y cayo sobre mí. Con el puño cerrado me golpeaba por todas partes. Caí al suelo y siguió la lluvia de patadas.

Nunca he presentado una denuncia contra él. Tales agresiones ocurren tres o cuatro veces al año. Son días terribles. En mi interior se mezcla una sensación de cansancio, de asco. Me pega en el cuerpo, pero me duele el alma. Me siento humillada hasta lo más profundo. Pienso qué opinarán mis hijos cuando lo sepan. Ellos también son hombres. ¿pegarán a sus mujeres el día de mañana? No, no me separé de mi marido. En cuanto lo pienso, intento no pensar en ello. Durante los primeros años de matrimonio sí pensaba hacerlo. Ahora ya no. Imagino qué sucedería cuando él se enterara: recibiría la pero paliza de mi vida. No tengo ninguna profesión con la que ganarme un suelo. Sé que él me haría la vida imposible, que me perseguiría sin cesar, que su actitud violenta para conmigo aumentaría. Además, ¿y mis hijos? Me horroriza pensar en lo que verían, oirían, aprenderían junto a mi marido, sin mí. No sólo aguanto por ellos; aguanto porque no sabría qué hacer, a dónde ir. Y porque no tengo ganas de nada. Soy una persona anulada, apática e indiferente. A fuerza de golpes me han quitado energías para vivir, para pensar, para sentir. Todo me da igual...

María T. G. 42 años. Trece de matrimonio


Siempre hay un motivo. Cuando cree que soy superior a él en algo, cuando nota que mis hijos, o amigos, están a mi favor y en su contra. Cuando siente, o cree, que lo han humillado o menospreciado para halagarme a mí.

Empieza a discutir, se va alterando y de pronto me pega una bofetada. Antes de que yo pueda reaccionar me da tres o cuatro patadas, empujones... que más da. Después, por lo general, desparece de casa. Al regresar está tres o cuatro días sin hablarme. Luego, la vida recobra la normalidad. Al principio armaba unas broncas horrorosas. Una vez llamé a mis padres para que vieran cómo me dejó el ojo de un bofetón. Se armaba un gran jaleo pero todo seguía igual... Ahora ya no. No tengo ganas. No voy a separarme de él porque no dispongo de medios económicos ni sociales. Tenemos poco dinero. Aunque con la separación consiguiera que me pasara algo resultaría insuficiente porque su suelo es muy bajo. Y, además, están los hijos. Sé que me los quitaría. Yo ya sólo vivo para ellos. Mi marido no cuenta nada en mi vida, es un ser al que desprecio, con quien debo vivir como los esclavos tenían que vivir con sus amos.

Marta S. 35 años. Diez de matrimonio


Es como si formara parte del folklore familiar. No podría decirte cuántas veces al año ocurre. Va a temporadas. Digo folklore porque más que pegarme me lanza objetos que yo intento, naturalmente, esquivar. Si estamos en la sala, libros; un cuadro, en el pasillo. Si me tiene cerca, empieza a darme golpes en todas partes, pero sobre todo estirones de pelo. Me estira del pelo, me zarandea y me transporta de una habitación a otra. Cuando intento volverme, apenas consigo darle alguna parada y, encima, me sacude más. Mientras, grita, y se origina tal escena que sólo pienso en que se van a enterar los vecinos o se despertarán los niños. Lo pero es cuando ya ha terminado. Cuando, por fin, coge la puerta y se va de casa, o a dormir. Entonces me siento tan sola, tan desgraciada, tan indigna... ¿a quién puedo recurrir? No tengo familia en Barcelona, ni apenas amigas, y a las que tengo no quiero contarles esto. ¿Qué pensarían de mí?

Es el miedo a vivir lo que hace aguantar a esas mujeres paliza tras paliza, día tras día, año tras año. Miedo a vivir, miedo a salir en busca de un trabajo que no se encontrara fácilmente.

No tengo profesión ninguna, ¿cómo me ganaría la vida? Miedo a vivir en un mundo que no las preparó para vivir. Miedo a vivir sin seguridad, sin medios.

No dispongo de medios económicos ni sociales para separarme.

Miedo a encontrarse de pronto suspendida de empleo y sueldo puesto que convirtieron el matrimonio en una verdadera profesión. Ese miedo a vivir mantiene hoy a muchas mujeres atadas a un marido que las maltrata, que las golpea, queles fomenta ese miedo a vivir.

Fuente original: Revista Vindicación Feminista, Nº 19, publicada el 1 de enero de 1978.

martes, 3 de mayo de 2011

RACISMO EN EL COMERCIO SEXUAL - LAURA KEELER & MARJUT JYRKINEN

Como sabemos, y aunque algunos grupos minoritarios lo desmientan, en España el 90% de las mujeres prostituidas son extranjeras. Hoy les dejo un artículo que me parece interesante y que puede servir para que otras personas analicen el tema de la prostitución desde la perspectiva del racismo tan inherente a este comercio. Aunque el artículo habla de la realidad finlandesa, fácilmente podríamos trasladar este contexto a cualquier otro país. Pienso en Australia donde hay mujeres filipinas y tailandesas o en Latinoamérica donde las mujeres de una nación son secuestradas para ejercer la prostitución forzada en países vecinos. Los reclamos publicitarios en cualquier periódico suelen resaltar de dónde proceden las mujeres, haciendo alarde de las “cualidades exóticas” que una u otra raza puede ofrecer en la cama... Y me pregunto si aquellos pequeños grupos que abogan por la legalización de la prostitución lo hacen porque en realidad les importa un comino los que les sucede a estas mujeres. Al fin de cuentas “son las otras”, las indocumentadas, las ciudadanas de segunda clase que sólo se  merecen los peores trabajos...

RACISMO EN EL COMERCIO SEXUAL EN FINLANDIA

Por Laura Keeler y Marjut Jyrkinen


Los hombres en Finlandia, como los de otros países occidentales, pueden ser consumidores de encuentros sensuales “exóticos” tanto en casa como en el extranjero. Mientras que Finlandia tiene una población inmigrante muy pequeña y tiene controles inmigratorios muy fuertes, se sabe que se trafica con mujeres en Finlandia, principalmente de Rusia y de los países bálticos para que ejerzan la prostitución y otras formas de comercio sexual.

Mientras que existe mucha literatura sobre el racismo y cada vez existe más sobre el comercio sexual, existe muy poco sobre la situación en Finlandia que se concentre en el papel que el racismo desempeña en la industria del sexo. En contraste, otras formas de opresión en el comercio sexual, como el sexismo y el clasismo, son temas que frecuentemente son analizados. Seguramente existen muchas razones por las que el racismo recibe menos atención en este contexto, una de las cuales puede ser que sea difícil discernir el papel que desempeña conjuntamente con otros tipos de discriminación y explotación.

El propósito de este artículo es echar un vistazo al racismo en el comercio sexual en Finlandia. Primero miraremos brevemente las teorías del papel del racismo en la pornografía y en el turismo sexual en el Caribe como ejemplos. Luego daremos ejemplos de nuestra investigación en los medios de prensa finlandeses, demostrando cómo las mujeres de diferentes nacionalidades o grupos étnicos que son prostituidas son  presentadas a los posibles clientes, y cómo las mujeres en otros países son presentadas a los posibles turistas del sexo finlandeses.

Lecciones de la pornografía

El análisis feminista y otras investigaciones sobre el racismo en la pornografía nos pueden revelar el papel del racismo en la industria del sexo al descubrir estereotipos sexuales racializados. La pornografía esterotipa sexualmente a las mujeres de color como si fueran sinónimo de carnalidad, un deseo y una lujuria incontrolable, y una bestialidad, y consistentemente muestra a los hombres de color como seres agresivos y machos “super-sexuales” con penes increíblemente grandes (Dworkin, 1979; Forna, 1992; Dines, 1998; Cowen & Campbell, 1994; Mayall & Rushell, 1993; Nelson, 1993). La idea de que las personas de color son más animales está generalizada. Mientras que la mayoría de los estudios se centran en los estereotipos sexuales de la gente de color, Dworkin (1979) ha estudiado cómo se describen a las mujeres y hombres mejicanos en la pornografía: “señoritas de sangre caliente”, y “hombres poderosos que poseen una sexualidad brutal e insensible”. Mayall y Russell por su parte comentan cómo se representan a las mujeres asiáticas, como “dulces y jóvenes flores de loto o objetos de bondage y esclavitud”.

Dworkin mantiene que todo grupo racial que es despreciado ha sido etiquetado como si tuviera una sexualidad animal o bestial – este es el meollo de la ideología racista. Mientras se supone que todas las mujeres comparten la naturaleza sexual de un ser insaciable y sumiso cuya sexualidad se satisface mediante la degradación violenta y dolorosa, las mujeres de color poseen además otros atributos impuestos como consecuencia de su color. El efecto específico del racismo en la pornografía en los Estados Unidos es que el color de la piel de la mujer negra se convierte en su principal atributo sexual. En otras palabras, la piel negra se considera como un órgano sexual y una naturaleza sexual. La postura de Forna es que la pornografía se nutre de y recrea los estereotipos racistas, despectivos y sexualizados de la gente de color, haciendo que penetren en los subconscientes de los consumidores. Parte del aparato de la opresión, “El racismo como el sexismo es sexualizado en la pornografía” (1992).

Mayal y Rushell (1993) notaron que el color de la piel es muy prominente en los materiales que se exhiben en las tiendas de pornografía, y que los títulos pornográficos usualmente indican cuando se trata de personas de color. La gente de color son una “especialidad” en la pornografía, al igual que en las violaciones, el sadomasoquismo y la bestialidad.

Racismo en el turismo sexual en el Caribe

Dos trabajos que estudian el racismo en el comercio sexual son los de Julia O’Connell Davison y otro de Beverly Mullings (2000). A través de su investigación sobre el turismo sexual en Cuba, O’Connell llegó a  la conclusión que las demandas por tener acceso sexual a las mujeres de la isla, son generadas y formadas por ideologías “racializadas”. El turismo sexual es a menudo una forma de satisfacer preferencias sexuales muy particulares, entre las que se encuentran las fantasías sexuales raciales. Mullings por su parte descubrió que los mercados sexuales en el Caribe están divididos según cada fantasía sexual racial.

La ideología racial también permite que el cliente se imagine a las mujeres en la prostitución  como “Otras” y las sitúe fuera de las convenciones que protegen a “sus propias” mujeres o a las “buenas”. Para los turistas del sexo en el Caribe, las mujeres locales personifican la isla misteriosa y natural que está disponible para ser explorada y conquistada. (O’Connell Davison & Sánchez Taylor, 1998, citado en Mullings, 2000). A menudo imaginan a las mujeres occidentales blancas como frías, controladoras y reacias a los papeles patriarcales tradicionales, comparadas con las cálidas mujeres caribeñas que se muestran deseosas de complacer y que no están contaminadas por el ideal de la igualdad de género.

O’Connell Davison afirma que los turistas del sexo blancos se pueden sentir tranquilos por una forma de racismo nativo que corresponde a las variedades occidentales, y por los estereotipos racistas locales (como la “hipersexualidad” atribuida a los negros), a menudo también ratificados por los cubanos de color. El racismo en Cuba asegura que haya más mujeres de color que blancas en la prostitución y que el turista del sexo pueda acceder fácilmente a las “Otras según su raza” sin la desaprobación de una sociedad racista y sin tener que cuestionarse seriamente su propio racismo.

El racismo en los anuncios del comercio sexual en Finlandia

Mari-Elina Laukkanen ha investigado los anuncios en la prensa diaria finlandesa como un foro para el comercio sexual (2000). En su muestra de anuncios de la prostitución, agencias de acompañantes, sex shops y barras, publicaciones pornográficas, y líneas eróticas, encontró alusiones a la procedencia étnica de las mujeres, especialmente en cuanto a las mujeres de Rusia, la región báltica, o del lejano Este Asiático. Los nombres tradicionales como “Tatiana”, y “Nadia de San Petersburgo”, eran empleados como indicadores de nacionalidad, con más frecuencia para las mujeres de Rusia y del Báltico que para otras mujeres, quizás estimulando una imagen de que todas las mujeres de esta zona están en la prostitución. Por otra parte, lo “finlandés” también era una estrategia de márketing (Laukkanen, 2000).

La representación de las mujeres en la prostitución en un periódico finlandés 

Examinamos los anuncios en uno de los periódicos principales con tirada nacional, el Helsingin Sanomat, uno a partir de Mayo del 2001 y otro de enero del 2002, para buscar referencias de la nacionalidad o raza del “producto”. Incluimos sólo aquellos anuncios que claramente especificaban esta característica.

La muestra de 2001 incluía un total de 754 anuncios, aproximadamente 100 anuncios por día. Había 132 anuncios que indicaban la nacionalidad (17% de todos los anuncios en la muestra). La mayoría se referían a tailandesas, seguido por aquellos que contenían referencias a personas de origen finlandés. Encontramos 11 referencias a otras nacionalidades.

En la muestra de 2002, el periódico Helsingin Sanomat publicó 723 anuncios de prostitución. De éstos, 90 aludían a la nacionalidad o raza de la persona (13% de la muestra). Al igual que la primera muestra, la mayoría aludía a tailandesas, seguido por referencias a finlandesas o al estatus “doméstico” o “nativo” de la persona. Había 13 referencias a personas de otras nacionalidades. La mayoría de los anuncios empleaban descripciones tales como “hermosa”, “caliente”, “sexy”, o hacían referencias al color del cabello, pero había pocos anuncios que se refirieran a las mujeres tailandesas como “exóticas”. Los pocos anuncios para “masajistas” varones a menudo indicaban la nacionalidad.

 

La representación de las mujeres en el extranjero para los turistas del sexo

Seleccionamos al azar cuatro revistas finlandesas. La primera revista tenía un artículo sobre los tours sexuales a Riga, Latvia. Contenía muchos consejos prácticos para el turista, precios de hoteles y sitios donde eran fácil encontrar prostitutas (baratas) drogodependientes. La insaciabilidad de las mujeres bálticas se describía como “una clase única en su género”, y de las mujeres de Latvia se decía que eran “generosas según la tradición del Este de Europa y que no eran demasiado tacañas con sus bienes” (Jallu, 2002).

La segunda revista contenía un artículo sobre el turismo sexual en Gran Canarias. Este artículo ofrecía información detallada del tipo de mujeres disponibles y publicitaba la “naturaleza internacional” de las mujeres en la prostitución, señalando su países de origen tales como Colombia, Venezuela y Brasil (Napakymppi, 2001). La tercera revista sugería un crucero titulado “Teta y coño”, que salía de Bristol, Gran Bretaña (Kalu, 2002). No incluía detalles de las mujeres más que las fotos en que todas las mujeres eran blancas.

La cuarta revista presentaba a Borneo como un paraíso sexual. El autor daba detalles de cómo mantener relaciones sexuales sin protección con las prostitutas locales (Kalle, 2002). Este artículo tenía once páginas con muchas fotos de mujeres desnudas con rasgos asiáticos, quienes eran descritas como “Perlas del Lejano Oriente”.

El prejuicio evidente en los anuncios finlandeses

Los anuncios en el Helsingin Sanomat indican la raza y/o la nacionalidad de las mujeres en la prostitución. Los extranjeros son sólo un 2% de la población en Finlandia, mientras que un 11% de los anuncios hacían referencia a la nacionalidad o raza (no-finlandés, no-blanca). Las referencias a las personas tailandesas eran particularmente numerosas, mientras que los tailandeses componen sólo el 1% de los residentes extranjeros.

Además, queda claro que  para algunos clientes del sexo es importante tener una “prostituta doméstica”. Esto también se puede deducir por lo que los anuncios no mencionan. No encontramos referencias que promovieran a las mujeres rusas o de Estonia, aunque el tráfico de las mujeres de esta zona es un problema reconocido en Finlandia, y la población de rusos y de Estonia representan un 34% de la población de extranjeros residentes en Finlandia. El énfasis en lo “finlandés” y la invisibilidad de aquellas personas de origen ruso o báltico puede indicar un prejuicio más reciente en contra de los rusos, o la suposición de que la mayor parte de la prostitución en Finlandia procede de Rusia o los Estados Bálticos, así que cualquier excepción es señalada con el propósito de vender. También es posible que los hombres finlandeses se hayan vuelto recelosos a la hora de comprar mujeres que puedan estar trabajando para los sindicatos del crimen ruso.

También han existido algunas campañas de salud y publicidad en los medios en cuanto a los riesgos de salud que se corren al comprar sexo en las regiones vecinas a Finlandia. Sospechamos que puede haber una idea general entre los consumidores finlandeses de que las mujeres de estas zonas no están “limpias”. El contraste entre el lugar destacado que tienen lo “finlandés” y lo doméstico de nuestra muestra nos hace pensar en el tema del racismo en el contexto del nacionalismo. A menudo el “producto hecho en casa” se entiende como algo de mejor calidad que aquello que se importa del extranjero – incluso cuando se refiere a “productos” como las mujeres en la prostitución.

Como lo indican algunos de estos anuncios, es probable que las mujeres tailandesas sean consideradas como algo “exótico” y por lo tanto deseable. Tal imagen de las mujeres asiáticas era muy evidente en el artículo sobre Borneo. Los artículos sobre viajes en general representan a las mujeres extranjeras como serviciales, insaciables, y una ganga para cualquiera que desee comprar sexo.

Es evidente que existe una gran necesidad de investigar más en la representación de la nacionalidad y etnicidad de las mujeres que se publicita para los clientes del sexo finlandeses. El próximo paso será estudiar los materiales de promoción, ya sea impresos o virtuales, que crean aquellos que venden sexo, y debemos aplicar un análisis feminista a los estereotipos sexuales racializados que se reflejan y se crean a través de ellos.

Laura Keeler (M.A.) es editora del Centro Nacional de Investigación y Desarrollo para el Bienestar y la Salud en Helsinki, Finlandia.

Marjut Jyrkinen (M.A. Ciencias Políticas) es asesora en el Programa para la Prevención de la Prostitución y Violencia en contra de las Mujeres, Helsinki, Finlandia.

Traducido por Silvia Cuevas-Morales
Publicado en Poder y Libertad, Nº 34 Monográfico sobre prostitución.
Fuente original: Racism in the sex trade in Finland.  Norwegian and Nordic Gender Equality & Gender Research (NIKK) Magasin #1, 2002: Bodies across borders – prostitution and trafficking in women / Trine Lynggard (ed).