Pronto celebraremos el 8 de marzo, día para continuar nuestras reinvidicaciones, y todas sabemos que aún nos quedan muchas cosas por las que pelear. Hoy he decidido postear un artículo que publiqué en el 2003. Aunque hayan pasado algunos años desde su publicación la situación legal del ejercicio de la prostitución aún no ha variado. Y tenemos que seguir denunciando que cuando hablamos de prostitución, no nos referimos a esa frase tan trillada de que "es la profesión más antigua del mundo". ¡NO!.
¡Es la explotación más antigua de la historia!
ILEGALIZAR LAS INJUSTICIAS, NO LEGALIZARLAS
EL ESTATUS LEGAL DE LA PROSTITUCIÓN EN LA COMUNIDAD EUROPEA
Hace mucho tiempo que se viene debatiendo si la prostitución debería ser criminalizada o no. El debate entre aquellas personas que exigen la abolición y las otras que demandan su regularización es todavía actual. En este pequeño resumen de la situación legal de la prostitución en la Comunidad Europea, me propongo investigar las leyes que en la actualidad están en vigor en cuanto a este tema.
Como bien sabemos, la industria del sexo, al igual que la de las armas de destrucción y la de las drogas, rinden grandes beneficios. Beneficios para terceros y no para las pobres mujeres que se encuentran prostituidas en todo el mundo. En una sociedad patriarcal, los que se llevan las ganancias y controlan los mercados, no son las mujeres, son indiscutiblemente los hombres. No es sorprendente entonces, dado que la gran mayoría de los gobiernos del mundo están en manos de los hombres, que las leyes de la mayoría de los países hayan optado por regular esta forma de esclavitud en vez de declararla ilegal. En una era en que se lucha por erradicar el cáncer de la violencia perpetrada por el sexo masculino en contra del sexo femenino, en que se habla de derechos humanos, en que se declara una lucha abierta en contra del terrorismo, la gran mayoría de los gobiernos siguen sin ilegalizar una práctica que explota, abusa y humilla a la mitad de la población. Porque el ejercicio de la prostitución no sólo degrada a quienes la practican, nos degrada a todas como mujeres ya que representa y arraiga el profundo odio que la mayoría de los hombres sienten hacia nosotras.
La Comunidad Europea
En Europa la tendencia ha sido la regularización y en la mayoría de los casos la prostitución no está penada por la ley, aunque su ejercicio callejero sí. En varios países se prohíbe el proxenetismo y el tráfico, y en algunos casos los burdeles también están prohibidos así como la publicidad en los medios de comunicación. Pero a pesar de estas leyes la realidad es muy diferente, sólo nos basta con mirar hacia nuestro alrededor. En España el ejercicio de la prostitución es legal, aunque el proxenetismo no lo es. Para cualquier persona en Madrid es fácil ver a los chulos vigilando a “sus mujeres” en la céntrica calle de Montera o en la Plaza Benavente, o sólo nos basta por viajar por las carreteras que están plagadas de estas cárceles del siglo XXI en que sabemos se encuentran mujeres inmigrantes forzadas a ejercer la prostitución. Según la ley los burdeles son ilegales desde 1956, pero otra vez, los capitalistas del sexo han creado otros espacios para burlar la ley, bajo los nombres de “clubes” o “Barras americanas”, y para el colmo de los colmos hasta se han constituido en una asociación de empresarios.
La situación en Italia es muy parecida a la de España, es legal siempre y cuando no se practique en la calle ni en burdeles, los cuales fueron ilegalizados en 1958. Según las estadísticas, un 75-80% de las mujeres que han sido traficadas para la prostitución trabajan en la calle, y de éstas, un tercio proviene de Albania. De una población de 58 millones se estima que hay 60.000 mujeres que ejercen la prostitución y de éstas, 40.000 son inmigrantes.
En Grecia es legal y las prostitutas deben estar regularizadas y deben hacerse chequeos médicos dos veces por semana. Sin embargo, la mayoría de las prostitutas no están inscritas en el registro y por lo tanto no tienen derecho a los chequeos médicos. Según la Asociación Doctors for Life, en Atenas hay 400 prostitutas inscritas y más de 5.000 que no lo están. Además existe el gran problema de las mujeres que son víctimas del tráfico de personas. Según un informe presentando ante la ONU por Grecia en 1996, existen agencias que “importan” mujeres del extranjero, principalmente de la ex Unión Soviética, bajo el pretexto de que son artistas, lo cual impide que la policía intervenga. Estas mujeres consiguen un visado de seis meses que les permite trabajar en bares y hoteles. De una población de 11 millones de habitantes, se estima que existen entre 10 y 15.000 prostitutas, de las cuales unas 6 a 10.000 son inmigrantes.
Recientemente Grecia dio un paso más en su regularización y ha anunciado un plan que exigirá que las prostitutas se jubilen a los 55 años con derecho a recibir beneficios sociales y médicos.
Con la unificación de las dos Alemanias la prostitución es ahora legal aunque no tiene el status de una profesión regular. Las prostitutas deben pagar impuestos sobre sus ganancias, y los “Centros Eros” - hoteles autorizados por el Estado para la prostitución - representan grandes ingresos ya que pagan tasas muy altas. Al igual que en Grecia, se supone que deben estar inscritas en un registro y deben hacerse chequeos médicos pero según las estadísticas, hay unas 50.000 mujeres inscritas y otras 150.000 que no lo están y que no tienen acceso a los servicios médicos. En Alemania también es ilegal el proxenetismo y el tráfico de personas para la prostitución y lleva condenas de entre seis a diez años de prisión. Según datos del Informe del Parlamento Europeo del año 2000, a pesar de que en Berlín existen muchos burdeles, clubes, saunas y salas de masaje, que son propiedad de ciudadanos alemanes la mayoría están bajo el control financiero de grupos de crimen organizado de Turquía y la ex Yugoslavia. Se cree que más del 75% de las prostitutas en Alemania son inmigrantes, entre un 60 y un 80% de las mujeres que caen víctimas del tráfico de personas son del Este de Europa, Rusia o los Estados Independientes. De una población de 80 millones de personas, se estima que hay unas 300.000 mujeres prostituidas.
El código Penal de Holanda no criminaliza la prostitución y desde 1988 es oficialmente legal. Desde 1996 las mujeres prostituidas deben pagar impuestos y desde 1999 la prostitución es considerada una profesión. Al contrario que otros países, las mujeres en la prostitución no están obligadas a inscribirse en un registro ni se ven obligadas a hacerse chequeos médicos. El proxenetismo es ilegal. En el año 2000 el Parlamento presentó un plan para legalizar los prostíbulos y los clubes del sexo. Según este plan, los dueños de los burdeles no podrán tener un record criminal para poder acceder a una licencia. No podrán emplear a menores ni a mujeres que no posean un permiso de residencia legal. Algunas ciudades ya han introducido un sistema de licencias.
Las ciudades pueden regular la prostitución y en la práctica a menudo limitan la prostitución callejera a ciertas partes de la ciudad. Las mujeres trabajan en “burdeles vitrina”, en las calles y en los clubes. En las zonas rurales existen las llamadas “Granjas del sexo”. De una población de 16 millones de personas, se estima que unas 25.000 mujeres se dedican a la prostitución. De éstas un 45% trabaja en clubes, un 20% trabaja en “los escaparates”, 15% para agencias, 5% ejercen en la calle y otro 5% desde casa. El resto trabaja en bares o salas de masaje.
En Portugal no existe ninguna ley específica en cuanto a la prostitución aunque el tráfico de mujeres sí está penalizado con una condena de dos a ocho años de cárcel. A pesar de esto se sabe que la mitad de las mujeres en la prostitución son inmigrantes del Este de Europa y Rusia. En 1999 se desmanteló una red que “importaba” mujeres de 17 países del este de Europa, de Rusia, Estonia y Ukrania. La banda tenía su sede en Luxemburgo, otro país que tampoco penaliza la prostitución. Se supone que el tráfico puede ser castigado con “penas severas” pero hasta el día de hoy no ha habido juicios. Los traficantes a menudo consiguen permisos de residencia para “artistas” y de este modo introducen al país a mujeres de otras naciones que luego son trasladadas a otros puntos de Europa. Según estudios el 60% de las mujeres que trabajan en los cabarets proceden del Este de Europa.
En Finlandia la prostitución tampoco ha sido regulada ni declarada ilegal, aunque el proxenetismo y la promoción de la prostitución sí están prohibidas. Hasta los noventas la prostitución no era común en Finlandia pero desde entonces se ha generalizado. En 1999, cuando Suecia adoptó su nueva ley que criminalizaba a los compradores del sexo, el Parlamento finlandés debatió si seguir el modelo sueco pero la propuesta de ley fue rechazada por el parlamento. Al igual que en otros países nórdicos, existen informes que denuncian un aumento en el número de mujeres de Estonia y Rusia que entran en el país con visados de turistas para ejercer la prostitución. En el año 2000 existían 13 clubes del sexo comparado con 1 en 1998, lo cual prueba una vez más que la legalización sólo aumenta la práctica y no ayuda a erradicarla.
En Dinamarca es legal desde 1999. Es ilegal comprar sexo de alguien menor de 18 años y según la ley danesa, el ejercicio de la prostitución es legal siempre y cuando la persona “no se gane la vida con eso”, es decir la persona debe tener otros ingresos y no vivir sólo de la prostitución. De una población de 5.2 millones de personas, se estima que hay unas 6.000 mujeres prostituidas, de las cuales 2000 son inmigrantes.
En Austria es legal pero no en todos los Estados. Además de pagar impuestos, las prostitutas deben inscribirse en un registro local y deben tener una tarjeta de identidad que les permite y obliga a hacerse chequeos médicos dos veces por semana. Por supuesto que esto no significa que todas estén inscritas en el registro, sobre todo las mujeres del Este de Europa que entran en Austria como turistas o que son “importadas” por las mafias del tráfico de personas. Desde 1998 las prostitutas extranjeras que denuncien y testifiquen en contra de sus proxenetas pueden obtener permisos de residencia. De una población de 8 millones de habitantes, se cree que existen unas 17.500 prostitutas.
En Francia y en Inglaterra la prostitución es legal aunque se penaliza la prostitución callejera y los burdeles. En ambos países las mayoría de las mujeres que se ven obligadas a prostituirse en los burdeles, disfrazados de clubes o salas de masajes, son en su mayoría extranjeras. En Inglaterra es legal proveer servicios sexuales dentro de los límites de una casa o apartamento siempre y cuando sólo sea una persona. Si hay más mujeres que prestan los servicios el lugar es clasificado como un burdel y es penalizado. En Francia, al igual que en Inglaterra la prostitución callejera es ilegal pero la realidad es otra. En París existe una organización llamada “Les amis du Bus des Femmes” que ofrece apoyo legal y moral a las mujeres de la calle. Esta organización no gubernamental denuncia que desde 1997 ha aumentado el tráfico de mujeres procedentes de países como Albania, Rusia, Kosovo y África. Estas mujeres constituyen un 75% de las prostitutas que trabajan la calle. Una de sus fundadoras, una ex prostituta, France Arnold, denuncia que en las calles de París trabajan mujeres casi ciegas, sordas y mudas que han sido secuestradas de instituciones en el Este de Europa.
Es triste ver que en toda la Europa civilizada sólo hay dos países que prohíben esta vil forma de esclavitud y violencia sexual: Suecia e Irlanda.
En Irlanda la prostitución es ilegal aunque su legislación se centra más en los organizadores del turismo sexual y la prostitución de menores que ha tenido un auge alarmante en los últimos años. Según el gobierno el tráfico de mujeres no constituye un problema grave en Irlanda, pero según varias Ongs la realidad es otra. Existen mujeres que han sido víctimas del tráfico de personas y que suelen trabajar en “agencias” que anuncian libremente en la prensa local y nacional.
El ejemplo más alentador para las mujeres que luchamos por la abolición de esta práctica es el de Suecia, que en 1999 introdujo una legislación que por primera vez en la historia criminaliza a los “clientes”. En Suecia no se penaliza la venta del sexo sino su compra la cual puede conllevar una multa de entre 1.000 y 2.000 euros o una cadena de seis meses. En Suecia el proxenetismo, los burdeles y los espectáculos de sexo en vivo son ilegales. Suecia es el único país que se ha tomado el problema en serio ya que en 1995 formó una comisión para investigar el daño que la prostitución provocaba en la sociedad. Según la Asociación Doctores por la Vida, los mayores problemas que la investigación descubrió eran los siguientes:
- Daño a la mujer. Las prostitutas a menudo tenían vidas miserables, pobreza y abuso sexual. La prostitución era un extensión de ese abuso – psicológico, drogas, asaltos y enfermedades venéreas – para la mujer traumatizada. El síndrome del estrés, la depresión y los intentos de suicidios son mucho más frecuentes en las prostitutas.
- Daño a los hombres. La prostitución le proporciona un alivio sexual al hombre, sin la necesidad de proximidad, relación o exigencias. Muchos hombres que usan los servicios de las prostitutas son incapaces de establecer relaciones satisfactorias y se beneficiarían de un tratamiento adecuado.
- Daño a la familia /sociedad. La familias son la base de la sociedad y la prostitución daña a las familias, las esposas y los hijos. Las enfermedades venéreas son llevadas a casa. El dinero y el tiempo que se gasta en prostitutas debería ser dinero destinado a la familia.
- Derechos humanos. La prostitución implica en su mayoría que las mujeres son utilizadas por los hombres. La prostitución es inaceptable ya que da una imagen de que los seres humanos pueden ser usados, comprados y vendidos como productos de consumo.
- La prostitución infantil aumenta donde la prostitución adulta es legal.
- La criminalización impide que las mujeres entren en esta práctica al igual que a los clientes.
Suecia es el único país que ha demostrado tener un interés real en disminuir esta lacra social y su ley está claramente dirigida a penalizar a los consumidores del sexo, no a sus víctimas que lo venden. Suecia ha sido el único país en reconocer que la prostituta es la víctima de este ejercicio y no su beneficiada y el único país en considerar la prostitución como violencia en contra de la mujer.
Es realmente escalofriante que a comienzos de este siglo XXI, cuando se habla de nuevas tecnologías y de progreso aún se sigan legalizando las injusticias con la vana excusa de que es un mal necesario. ¿Cuántos siglos más habrán de pasar hasta que esta forma de esclavitud sea criminalizada? Los gobiernos no pueden seguir siendo cómplices de los proxenetas que simulan combatir, enriqueciendo sus arcas a costa de los cuerpos de las mujeres, no pueden seguir aparentando combatir la violencia de género ni pretender luchar por la igualdad de sus ciudadanos y ciudadanas cuanto esta forma tan clara de violencia sexual sigue siendo permitida con el beneplácito de sus legisladores y votantes. ¿Acaso el progreso del que tanto alardea Europa moderna no debería estar en ilegalizar las injusticias y no en legalizarlas?